Hace tres años probé esta actividad en clase y fue todo un éxito. En general, tanto chicos como chicas respondieron muy bien a la aventura de aprender a coser, aunque es cierto que algun@s ya sabían algo sobre el tema, gracias a madres y abuelas que le dedicaron un rato de su tiempo a enseñarles esta labor.
Las primeras sesiones son agotadoras. Es un trabajo muy particular, de uno en uno, para poder explicar con claridad las diferentes puntadas y los primeros pasos. Después, y nunca más bien dicho, es coser y cantar.
Nos hemos limitado a dos puntadas básicas: el pespunte, para margen y contornos, y el bordado para los rellenos.
Aquí, lo que ya va saliendo:
Y algunas fotos del proceso:
Qué bonito, qué buena pinta tiene, ¡ánimo con él que os está quedando precioso!
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