Mejorando mi aula

Son muchos los alumnos que pasan cada año por las clases de nuestro centro. Al desgaste natural que esto conlleva hay que añadirle el deterioro causado a propósito por aquellos que no respetan un material que utilizamos y mantenemos entre todos. En concreto, sillas y mesas que sufren golpes y pintadas más o menos obscenas no nos son sustituidas desde hace mucho tiempo, porque ya sabemos que el presupuesto oficial no da para estrenar mobiliario tanto como desearíamos.
Es por esto por lo que, desde hace varios cursos, venía dándole vueltas al tema del reciclaje del mobiliario que está más afectado, sobre todo, el del Aula de Arte. Y llevar a cabo este reciclaje con los mismos alumnos que pasan cada día por esta clase, en especial, con los de 1º de ESO, que, nuevos en el centro, son los que más se asombran del lamentable estado de algunas mesas y taburetes.
Un ejemplo, aunque esta mesa no es la peor:

Así que por ello estrenamos proyecto para este segundo trimestre...

"Una mesa, un regalo"

Y nos hemos puesto manos a la obra para forrar estas deterioradas mesas, que lo están no solamente por las pintadas sino porque están marcadas con hendiduras de tijeras o cúter y esto dificulta el poder trabajar sobre ellas sin tener que poner una superficie debajo del papel o del formato de dibujo.

En esta primera mesa los materiales son papel de regalo, cola blanca, brochas y un barniz laca posterior que dejará la superficie como nueva.

Y así va quedando, a falta de los últimos retoques...

Para la segunda mesa hemos optado por reciclar los viejos libros de texto, ya inservibles para usar como tal, que debieron ser desahuciados hace años y que conservé en el aula para darle un posible uso en un futuro. Pues ha llegado el momento...

Y así vamos a ir dándole otro aire a nuestras clases de Plástica, en las que además seguiremos aprendiendo a respetar un material indispensable y valioso que tenemos la suerte de compartir entre todos. Y si no, mirad cómo dan las clases en algún lugar de Zimbabue o Kenia, África, donde ni siquiera tienen aulas y dan las clases debajo de un árbol.